
La ansiedad es una experiencia emocional de ánimo transitorio donde se percibe una amenaza, peligro interno o externo que provoca un miedo excesivo como respuesta a situaciones y los objetos que en realidad no presentan un peligro real.
El término ansiedad proviene del latín ‘anxietas’, que refiere «un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo».
Todos estamos familiarizados con la experiencia emocional de la ansiedad, ya que es una respuesta adaptativa normal, necesaria para abordar momentos importantes y que motiva el logro de metas, estimula el desarrollo de la personalidad y ayuda a mantener un estado de alerta para realizar tareas.
Es el exceso de ansiedad lo que se considera perjudicial. Los síntomas podríamos dividirlos en:
- Físicos
- Tensión muscular
- Fatiga
- Inquietud
- Temblor
- Sensación de agitación
- Palpitaciones
- Nauseas, diarreas y otros
- Molestias abdominales
- Presión o dolor en el pecho
- Mareos
- Sobresaltos
- Sofocos o escalofríos
- Dificultad para respirar o sensación de ahogo
- Ganas de orinar con frecuencia
- Cognitivos
- Preocupación excesiva
- Dificultad para concentrarse
- Respuesta de alerta exagerada
- Sensación de estar atrapado
- Desrealización/ sensación de que las cosas que te rodean no son reales
- Conductuales
- Evitación
- Cambios en el patrón del sueño y la alimentación
- Irritabilidad
- Disminución de las relaciones sociales
Según la guía de criterios diagnósticos del DSM-5, dentro de los trastornos de ansiedad se encuentran:
- Trastorno de ansiedad por separación
- Mutismo selectivo
- Fobia específica
- Trastorno de ansiedad social
- Trastorno de pánico
- Agorafobia
- Trastorno de ansiedad generalizado
- Trastorno de ansiedad inducido por sustancias y medicamentos
- Trastorno de ansiedad debido a otra afección médica
- Trastorno de ansiedad especificado
- Trastorno de ansiedad no especificado
Si notas alguno de estos síntomas o te sientes identificado/a con este artículo puedes contactar conmigo aquí.